domingo, 20 de abril de 2008

LA AYUDA DE ALGUNOS ALIMENTOS Y HÁBITOS FRENTE AL ESTRÉS

Uno de los primeros síntomas en aparecer es el nerviosismo, un estado de excitación en el que el sistema nervioso responde de forma exagerada o desproporcionada a estímulos considerados normales. El consumo de tabaco, o de alcohol y café u otras sustancias estimulantes, son la causa más común de nerviosismo y falta de equilibrio en el sistema nervioso.

La ansiedad también suele ser punto común en personas que se sienten "estresadas". Se trata de un trastorno psicosomático, que comienza afectando a la mente pero acaba repercutiendo sobre diversos órganos del cuerpo, produciendo taquicardia, dolor de estómago, colon irritable (alternancias entre estreñimiento y diarrea), etc.

Se han identificado tres etapas en la respuesta al estrés:

1. En la etapa de alarma el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, se incrementa la transpiración, se dilatan las pupilas y se hace más lenta la digestión.

2. La etapa de resistencia el cuerpo trata de reparar los daños causados durante la primera etapa.

3. Si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños, es entonces cuando si inicia la etapa de agotamiento, cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés.

Los alimentos que se consumen pueden ayudar a disminuir los síntomas de estrés.-

El cerebro representa un 2% o un 3% del peso corporal total, pero es responsable del consumo de un 20% de la energía que extraemos de los alimentos. Su principal fuente energética son los hidratos de carbono, si el aporte es insuficiente, obtiene energía a partir de otros elementos como proteínas y grasas, aunque esto último no es conveniente ya que se producen alteraciones en el metabolismo corporal.

Para mantener bien nutrido al cerebro no es preciso aumentar el aporte de calorías, pero sí cuidar especialmente el aporte de determinados nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y que esto mejor la transmisión de impulsos y transporte de oxígeno a las células.

Los nutrientes que intervienen directamente en la concentración, la memoria, el rendimiento intelectual y el estado de ánimo y son:

  • vitaminas del grupo B (tiamina, niacina, piridoxina, B12 y ácido fólico)
  • vitamina E, determinadas sales minerales (potasio, magnesio y zinc)
  • oligoelementos (litio, silicio, selenio y cromo)
  • ácidos grasos esenciales

A continuación se enumeran algunos nutrientes y hábitos esenciales que ayudan a mitigar los efectos del estrés.

  • En caso de irritabilidad nerviosa, fatiga o depresión es necesario que consuma alimentos que contengan vitamina B1, y B6 como: granos de cereales integrales, vísceras como el hígado, verduras y hojas verdes comestibles.
  • En caso de presentar nerviosismo y ansiedad lo más probable es que presente un déficit de magnesio por lo que deberá consumir alimentos como: chocolate, almendras, cacahuates, pan, carnes, soya, durazno y piña.
  • Para un buen desarrollo del sistema nervioso es recomendable consumir: ácidos grasos insaturados, como el linoléico que predominan en: frutos secos y aceite de semillas.
  • Algunos de los hábitos alimenticios que ayudan a disminuir el estrés son: respetar los horarios de las comidas sin saltarse ninguno de un día para otro; comer a horas regulares, para evitar descensos bruscos en el nivel de glucosa en sangre.
  • Para evitar hipoglucemias causantes de nerviosismo e irritabilidad es aconsejable comenzar el día con un buen desayuno.
  • Las cenas copiosas o la ingestión de grandes cantidades de líquido antes de acostarse pueden alterar el sueño. Lo aconsejable, tanto para facilitar el sueño como la digestión, es evitar la ingestión de alimentos 2 ó 3 horas antes a acostarse.
  • Las dietas para bajar de peso pueden alterar de forma importante el sistema nervioso, sobre todo aquellas en que la ingesta de hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales, es muy baja.
  • En caso de insomnio, una infusión relajante o leche caliente antes de acostarse ayudan a conciliar el sueño.

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